sábado, 26 de julio de 2014

El verano

El verano es esa época en la que cualquier persona con ansias de libertad desearía vivir eternamente.


Son días de sol y calor, días en los que romper la rutina es una condición indispensable para disfrutar a tope desde el mismo minuto en el que amanece, y presenciar el atardecer no es más que la continuación de las ganas de vivir.


Es el momento de los festivales y conciertos, de fiestas continuas de barrios y pueblos. Es el instante antes de una ola rompiendo, de tablas y sandalias, y de gente tras una pelota corriendo. Es la época de los colores, los pantalones cortos y el cuerpo descubierto; de los días largos, las hogueras y los romances de verano. Es la estación de las experiencias más intensas, de los besos a escondidas, de probar cosas nuevas; de vivir al límite y escribir cada uno su propio cuento. Son los días con los colegas, las risas en las calas y las excursiones por montes y montañas.


El verano es la época de la libertad, de esos tres meses en que vivir es madurar y aprender se hace por diversión y no por necesidad.


Todo el mundo tiene en su corazón el recuerdo de su verano perfecto, de esos largos días que quizás con el tiempo exageramos, pero que nos ayudan a esperar con impaciencia la llegada de la liberación.


Porque el verano es esa época y estado mental en el que desearíamos vivir eternamente.


lunes, 21 de julio de 2014

Soñar

Soñar: una palabra tan sencilla como importante, sin duda una de las palabras más imprescindibles de mi diccionario personal.

Cinco letras que juntas se convierten en un sonido por el que han luchado durante miles de años los hombres. Dos sílabas que han mantenido las llamas de los corazones de los seres humanos a lo largo de la historia.


Un hombre que no sueña es un hombre sin corazón. Una persona sin corazón es una sombra de lo que fue, es una figura inerte que deambula sin rumbo por este mundo. Porque el que no sabe a donde va, no quiere nada en la vida.

Soñar supone arriesgarse a fracasar, pero no correr este riesgo supone no sentir la ilusión de soñar. Equivale a vivir sin un motivo, a contar los días sin ningún interés y ninguna quimera.


La gente no quiere que sueñes para que no te hagas daño, por eso para ellos palabras como quimera y utopía son conceptos imposibles; dicen que madurar supone aceptar que los sueños no se cumplen. Yo creo que madurar supone aprender y aceptar que hay que luchar duro para que un sueño se cumpla, pero las historias con final feliz existen. Existen porque hay todavía alguien que sueña por la humanidad, siempre, en algún rincón del planeta; siempre hay un ser humano soñando para que los demás no olviden que es imprescindible.


Sueña, sueña para ser feliz, no temas a sufrir, sueña para mantener vivo el corazón y tener siempre una ilusión.

lunes, 14 de julio de 2014

Saudades del alma

"Curioseando en la Ría desde una vida de saudade. La vida está hecha de palabras escritas en la arena que marcan compases que solo recuerdan lo que nunca sucedió".

A veces el tiempo marca su propio ritmo y por mucho que te empeñes no podrás controlarlo sin resultar dañado. En esos momentos lo mejor que puedes hacer es coger la bici y pedalear fuerte para intentar ganarle la batalla al olvido. Es en esos paseos cuando acabo a orillas del océano. El mar, valiente cuando quiere y calmado cuando da tregua, es el único que sobrevive a los relojes de arena.


Es en esos momentos de calma, con la sinfonía del viento arrullada por el silencio de la Nada, cuando puedes disfrutar de la melancolía y saborear sin miedo la saudade. Porque como dijo Manuel Bello en la patria lusitana allá por el 1660, la saudade es ese "bem que se padece e mal de que se gosta" (bien que se padece y mal que se disfruta). Pues cuando la sientes sufres pensando en todo lo que tenías y jamás volverás a tener, pero al mismo tiempo no puedes escapar de ese estado de ánimo, pues es una droga que cuando su miel toca los labios de tu alma no podrás nunca más volver a dejar de saborearla con el corazón.

Porque aunque el pasado duele, cuando tienes miedo a lo desconocido como me sucede a mí, siempre es mejor refugiarte en lo que tuviste y soñar con recuperarlo algún día.


Y es que el espíritu humano es una luz en busca continua de respuestas, su combustible, mientras te conjugas con otras llamas por algún tiempo para intentar ver más lejos en la oscuridad; por eso buscamos relaciones y amistades, por eso estamos vivos. Hasta que al final, los caminos se separan y solo queda el recuerdo de lo que no fue y pudo llegar a ser.

Porque la vida está hecha de palabras escritas en la arena que marcan compases que solo recuerdan lo que nunca sucedió.

viernes, 11 de julio de 2014

El olor de la primavera

El olor de la primavera es un olor característico en el que se entremezclan el aire cálido, las flores y las hojas. Es un olor con una mezcla de sabores a campo y felicidad.




La primavera huele al colegio, a aquellos tiempos de escasas preocupaciones y un futuro sin forjar todavía. A carreras y partidos en el patio, a árboles escalados y trepados. A castaños, pinos y robles, a eucaliptos en flor. Huele a alegría, a energía, a ganas de comerse el mundo.


La primavera huele al instituto. A flechazos y amores, a sentimientos y pasiones que se respiran en el aire allá por donde pasas. Huele a paseos por la ciudad en el recreo, a termómetros que superan los 20 grados y llegan incluso a los 30. Huele a besos y sentimientos nuevos. Huele a un futuro cada vez más cercano y un pasado de ilusiones.


La primavera huele a universidad. A proyectos cercanos y exámenes de mayo. Huele a planes de verano, a viajes y festivales, a sueños de todo el año. Huele a brisa marina, a tardes en la playa y tirados en el campo. A comidas en el césped y matar el tiempo en los tejados.


El olor de la primavera es un olor característico en el que se entremezclan el aire cálido, las flores y las hojas. Es un olor con una mezcla de sabores a campo, ilusiones, sueños, amores y felicidad.


jueves, 10 de julio de 2014

La gente cambia

Crecer.

Nadie nota que cambia con el tiempo, necesitas perspectiva para apreciar quien eras y quien eres ahora.


La gente cambia, madura, crece, pierde miedos, teme otras cosas, mueren sueños y la realidad se recrudece ante tus propios ojos.

Los amigos se van, unos aparecen a veces y otros no vuelven jamás. Son cosas que hay que asumir, igual que ya no eres aquel niño inocente que jugaba en el colegio y se sorprendía ante un mundo en proceso de descubrimientos.


Los amores dejan marca, se cobran sus heridas y el pobre corazón no puede hacer otra cosa que generar capas a su alrededor para que las próximas heridas sean menos profundas, con la esperanza de que algún día los cortes dejen de doler.

Dejas de relacionarte con tanta gente, para pasar a pensar solo en ti mismo y en un grupo cercano. Te vuelves insensible, un monstruo dicen, pero tu sabes que es para no sufrir más.

Los vínculos están sobre-valorados y no dejan de ser un lastre en el día a día,estrechándose a tu alrededor, asfixiándote, robándote la oportunidad de ser feliz siendo libre.



Nadie nota el paso del tiempo, nadie nota que cambia, pero es ahora cuando miras atrás y descubres que no eres la persona que soñabas con ser y que jamás volverás a ser la persona que eras.

sábado, 5 de julio de 2014

Se feliz y el mundo te sonreirá

“La vida es un sendero que fluye como el río que va al mar”.

Puede parecer una frase muy tópica y excesivamente usada, pero cuando tanta gente emplea las mismas metáforas significa que no pueden estar tan alejadas de la realidad como uno podría llegar a pensar.

La vida es un sendero que fluye como el río que va al mar y mientras caminas por este sendero te encontrarás mucha gente y toda ella muy variopinta. Algunos llamarán tu atención y te detendrás a hablar con ellos, otros en cambio no llamarán tu atención y pasarán de largo sin llegar a saber que podría haber sucedido, e incluso algunos querrás evitarlos a toda costa para evitar problemas que puedan hacer que pierdas tu rumbo.



Este camino no es realmente el clásico camino recto como podría ser la carretera que recorre la meseta, sino más bien una continua y constante bifurcación tras otra en la que además hay numerosas intersecciones. Será en estas intersecciones dónde encontrarás gente, mucha gente, la verdad. Por eso lo mejor que puedes hacer es que al igual que en los videojuegos te detengas un minuto y hables con ellos, porque puede que tengan algo importante que contarte o simplemente esta interacción temporal te ayude a enriquecerte con nuevas vibraciones que nunca creíste posibles en ti mismo. Hay personas que lo harán en forma de felicidad y otras preferirán marcarte con heridas que te recuerden que alguna vez os cruzasteis en el sendero, pero siempre serán experiencias que te ayudarán en las próximas intersecciones.



No pierdas nunca cualquiera de las oportunidades que te ofrece el destino, porque una persona que aprovecha las oportunidades es una persona con suerte. La suerte no es una cuestión de azar sino de probabilidades, y aquella que crea más oportunidades siempre tendrá más posibilidades de que las cosas le salgan bien. Cada persona es libre de forjar su propio destino.

Y por encima de todo esto, no olvides nunca sonreír, porque puede que alguien, sin tu saberlo, se enamore de tu sonrisa. Y te aseguro que por mucho temor que le puedas tener, enamorarte será un sentimiento adictivo que jamás olvidarás.
Si sigues todos estos consejos básicos no digo que tu vida vaya a ser perfecta, todo el mundo sabe que eso es difícil que ocurra; pero lo que si tendrás, sin lugar a dudas, es una vida rica en matices y en la que disfrutarás cada instante de felicidad que el mundo te brinde.



Simplemente, relájate y disfruta, porque la vida es un camino que recorres junto a otros compañeros de viaje mientras admiras cada uno de los sabores, olores y colores con los que te mira la naturaleza.


Se feliz y el mundo te sonreirá.