“La vida es un sendero que fluye
como el río que va al mar”.
Puede parecer una frase muy
tópica y excesivamente usada, pero cuando tanta gente emplea las mismas
metáforas significa que no pueden estar tan alejadas de la realidad como uno
podría llegar a pensar.
La vida es un sendero que fluye
como el río que va al mar y mientras caminas por este sendero te encontrarás
mucha gente y toda ella muy variopinta. Algunos llamarán tu atención y te
detendrás a hablar con ellos, otros en cambio no llamarán tu atención y pasarán
de largo sin llegar a saber que podría haber sucedido, e incluso algunos
querrás evitarlos a toda costa para evitar problemas que puedan hacer que
pierdas tu rumbo.
Este camino no es realmente el
clásico camino recto como podría ser la carretera que recorre la meseta, sino
más bien una continua y constante bifurcación tras otra en la que además hay
numerosas intersecciones. Será en estas intersecciones dónde encontrarás gente,
mucha gente, la verdad. Por eso lo mejor que puedes hacer es que al igual que
en los videojuegos te detengas un minuto y hables con ellos, porque puede que
tengan algo importante que contarte o simplemente esta interacción temporal te
ayude a enriquecerte con nuevas vibraciones que nunca creíste posibles en ti
mismo. Hay personas que lo harán en forma de felicidad y otras preferirán marcarte
con heridas que te recuerden que alguna vez os cruzasteis en el sendero, pero
siempre serán experiencias que te ayudarán en las próximas intersecciones.
No pierdas nunca cualquiera de
las oportunidades que te ofrece el destino, porque una persona que aprovecha
las oportunidades es una persona con suerte. La suerte no es una cuestión de
azar sino de probabilidades, y aquella que crea más oportunidades siempre
tendrá más posibilidades de que las cosas le salgan bien. Cada persona es libre
de forjar su propio destino.
Y por encima de todo esto, no
olvides nunca sonreír, porque puede que alguien, sin tu saberlo, se enamore de
tu sonrisa. Y te aseguro que por mucho temor que le puedas tener, enamorarte
será un sentimiento adictivo que jamás olvidarás.
Si sigues todos estos consejos
básicos no digo que tu vida vaya a ser perfecta, todo el mundo sabe que eso es
difícil que ocurra; pero lo que si tendrás, sin lugar a dudas, es una vida rica
en matices y en la que disfrutarás cada instante de felicidad que el mundo te
brinde.
Simplemente, relájate y disfruta,
porque la vida es un camino que recorres junto a otros compañeros de viaje
mientras admiras cada uno de los sabores, olores y colores con los que te mira
la naturaleza.
Se feliz y el mundo te sonreirá.
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